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Luis Martínez

Es un señor de 65 años, las arrugas de sus manos al igual que las de su rostro delatan su edad, las canas no lo han invadido por completo, pero sí lo suficiente como para darse cuenta de que está entrando en la vejez. Al hablar con él, se percibe una enorme sencillez, es alguien que inspira ternura, sus palabras son las de una persona modesta, como las de un ser que no le haría daño ni a una mosca. Su mirada es muy noble, pero inestable. Luis no tiene visión en su ojo izquierdo, detrás de ese hombre tan agradable se esconde una historia llena de tristeza y superación.

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Hace 25 años este amante de los animales y el aire libre, estuvo a punto de perder la vida cuando una tractomula chocó directamente con su carro, los dos vehículos se dieron de lleno, el impacto fue tan brusco que nadie se imaginó ver de nuevo a Luis en pie. Para los incrédulos él sobrevivió al accidente, sin embargo, perdió su ojo izquierdo, los vidrios de su parabrisas cayeron sobre su rostro al momento del choque; todas las esquirlas se encontraban penetrándose en su piel para dejar huella por siempre, en especial sobre sus ojos. Como si se tratase de una película de terror, Luis estuvo por horas con la cara llena de moretones, cortes y pedazos de vidrio dentro de sus pupilas. Increíblemente solo perdió la visibilidad en un ojo, además de que se recuperó de todos los percances producto del accidente.

Foto: cortesía de Leidy Martínez

Este hombre de familia logró superar el momento más oscuro de su vida, o bueno, eso es lo que él creía. ¿Qué más podría ser peor que estar a punto de perder la vida en un trágico accidente? Sentir reducida su capacidad de ver no fue peor que saber lo confuso y angustiante de este nuevo reto, la palabra por sí sola lo aterraba: cáncer. A pesar de contar con “tiempo” para afrontarlo, Luis no se imaginó lo tedioso de lidiar con esta enfermedad, incluso en la actualidad, está a la espera de haber superado por completo este mal, pero eso no es seguro, y ni siquiera cuando lo sea, estará librado de la maligna afección. 

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